¿Volver a la “Normalidad” Laboral Después de la Pandemia?

Algunas empresas piensan que es tiempo de volver a la “normalidad”. Otras quieren apostar a una nueva normalidad donde el principal beneficiado sea el bienestar de las personas y la productividad.

¿Cómo se vive, en la organización donde trabajas, la opción de regresar a la oficina después de la pandemia de la covid 19? Muchos colaboradores gritan la necesidad de volver a la oficina y poder trabajar desde allí, algunos perciben que no son productivos estando en casa, mencionan que en casa tienen constantes interrupciones en su día a día, necesitan desconectarse del contexto del hogar para refrescar las relaciones, salir, ir a otro ambiente, les hace bien y les permite relacionarse con personas diferentes.

Para otros, regresar a la oficina es sinónimo de estrés. Algunos refieren trabajar en ambientes laborales y culturales difíciles, tienen jefes que son más fáciles de tratar vía Zoom o Skype. No ver a los jefes los liberó de tensiones. No quieren perder una hora o dos en el tráfico. Se dieron cuenta que son más productivos trabajando desde casa.

Muchas personas no quieren renunciar a lo que ganaron con la pandemia: bienestar y equilibrio entre lo laboral y personal. Sin embargo, a muchas empresas les cuesta cambiar sus paradigmas. Siguen pensando que no ir a la oficina es sinónimo de baja productividad, pereza y no cumplimiento. “Vaya a saber qué hace las 8 horas en su casa,” dicen muchos.

Ante este panorama, ¿qué hacer? ¿Cómo pueden reinventarse gerentes, presidentes, líderes, trabajadores y socios?

Recordé al autor Frederic Laloux, quien en su libro Reinventar las Organizaciones evidencia cómo empresarios, mucho antes de la pandemia, ya habían decidido y aprendido no solo a transformar sus empresas en espacios laborales saludables sino que percibieron la necesidad de examinar maneras radicalmente distintas de organizarse. Ya no estamos en esos tiempos cuando se medía la productividad en horas trabajadas.

Explorar maneras nuevas y más auténticas para organizarse, donde se tenga en cuenta la autogestión de los grupos de trabajo, la integridad de las personas, y la estrategia evolutiva de empresa, no solo crea un impacto en la productividad sino en la salud mental y emocional de los colaboradores. Jeffrey Pfeffer, profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford, en sus investigaciones sobre el manejo de recursos humanos ha identificado que el sistema de trabajo actual enferma e incluso termina con la vida de las personas. (https://www.bbc.com/mundo/noticias-47656050).

No son muchas las empresas que logran evolucionar y entender que trabajamos con personas y que cada una tiene diferentes formas de ser productivos y generar emociones alentadoras. Entonces, ¿cómo tener en cuenta esto a nivel empresarial? A unos les va mejor yendo a la oficina, a otros quedándose en casa. ¿Cómo hacer para encontrar formas nuevas que generen bienestar, productividad, eficacia y motivación?

No voy a darte una respuesta mágica, por lo menos no en este escrito. A lo que te invito es a explorar, interesarte en probar, buscar un guía, coach, asesoramiento y, por qué no, ensayar qué le vendría bien a tu empresa. Seguramente encontrarás la mejor manera para que la gente buena que tienes no se vaya, justamente porque no siente que esté haciendo cosas que lo limitan en su desarrollo y crecimiento personal o profesional.

Estaría bueno que te preguntaras, ¿qué es lo que me cuesta cambiar? ¿Cuál es la razón por la que pienso que necesito seguir igual, haciendo las mismas cosas? ¿Qué es lo que estoy viendo y sintiendo con este panorama?

Pareciera que hoy en las empresas algo no se ajusta, no funciona. La gente huye cada vez más de ellas, así que, es un buen momento para escuchar, empatizar con los trabajadores sobre sus necesidades, y poder coordinarlas con las de la empresa. Para esto, es necesario conversar.