La Otra Cara de las Creencias

Por Taty Espitia Nieto
Publicado en marzo 18, 2022
Dime cómo vives tus creencias y te diré cómo será tu calidad de vida y emociones.

Cada situación vivida está acompañada de una emoción, que a su vez es generada por un pensamiento, y estos surgen de las creencias que tenemos. Sin embargo, puedes negociar y/o replantear tus creencias. ¿Quieres saber cómo?

Hace un tiempo conocí a una chica que tenía el deseo de obtener una relación de pareja estable. Anhelaba tener un matrimonio, con hijos, un hogar. Había tenido una relación que por diferentes motivos no prosperó. Vio cómo su expareja lograba consolidar una relación y casarse. Para ese momento estaba entristecida, no entendía qué era lo que a ella le había faltado para que él la eligiera.

Pasaron varios meses que no la vi. En una oportunidad me llamó, mencionó que quería atender un tema con encuentros de Coaching. En medio de algún encuentro, comentó que había conocido un hombre que le gustaba. Después de salir con él por un tiempo, él empezó a ceder espacio en su casa para que ella estuviera cómoda, le decía que llevará algo de ropa para que dejará allí, cuando se le dificultara tomar transporte lo llamara, que él pasaba por ella. Le mencionó también la intención de querer mudarse para estar más cómodos. Y ahí, intempestivamente, llegó la propuesta, ¿nos vamos a vivir juntos?

Ella no estaba tan feliz. Llegó la culpa. Estaba con un hombre que quería comprometerse, sin embargo, estaba ilusionada con primero casarse. Ella quería compartir con él, pero vivir juntos le parecía demasiado. Inicio la dicotomía de querer estar con él, de darse una oportunidad, pero a la vez negarse por no estar casados. Cuando estaba con él disfrutaba, pero terminaba con culpa, y cuando no estaba con él, aparecía la frustración.

En unos de los encuentros de coaching cayó en cuenta de cuál era su creencia, “por qué me siento tan culpable cuando estoy con él, si lo quiero y disfruto el tiempo, y cuando no estoy con él, queriendo estar, llega la frustración”, decía. Creía que lo correcto en una relación era primero casarse y después irse a vivir.

Creo que no somos consciente de las creencias, pero ciertamente ellas dirigen y guían nuestros comportamientos, respuestas y acciones.

Algunos aspectos a tener en cuenta cuando sientas culpa o frustración por las diversas situaciones que vives:

  1. ¿Estás en el dilema de si hacer o no algo? Bien, si lo deseas tanto pero hay algo que no te permite hacerlo, seguramente lo que te limita son tus creencias. Tu código moral que te dice eso, que algo que vas a hacer no está bien. Y ¿cuál es la emoción que suele aparecer? La culpa. Lo que sería interesante hacer es, identificar cuál es la creencia que está detrás. «Ah, lo que sucede es que para mí es importante primero casarme y después irme a vivir,» fue la conclusión de la chica. Ahí estaba la creencia que la limitaba.

  2. Hay creencias que puedes negociar o replantear: puedes tener una conversación con tu creencia, algo cómo «Yo sé que para mí es importante primero casarse, fue inculcado por mis padres, pero hoy podemos negociar; puedo darme la oportunidad de vivir con él y concertar fecha después de cierto tiempo para casarnos,» o «Definitivamente no quiero negociar esta creencia; para mí es muy importante y primero quiero casarme.» Todo dependerá de tu sistema de valores que está relacionado con las creencias. ¿Qué cosas negociarías con tu código moral y cuáles no negociarías? Esa es la pregunta a responder.

  3. ¿Cómo salir de la culpa? La manera más asertiva de salir de la culpa es tomando una decisión. Para esto, primero deberás traer las situaciones y creencias que te están desafiando, preguntarte ¿es negociable o no esta creencia? Una vez que te respondas, podrás comunicar a quien corresponda la decisión que has tomado. La culpa tiende a desvanecerse o irse. Después vendrá la respuesta del otro, pero cuando actúas honrando lo que eres como persona y tus valores, la emoción que tiende a instalarse es la tranquilidad. Pasa lo mismo cuando negocias con tu creencia. 

    Las creencias y/o códigos morales, están presentes en todos los contextos donde interactuamos. Por ejemplo, miremos en contexto laboral. Supongamos que tienes instalada la creencia que a las personas con autoridad no se le discute ni se le lleva la contraria. En tu empleo actual tienes un jefe con un liderazgo autoritario, impone tiempos, tareas, fechas y no negocia. Tú en muchas ocasiones te has sentido con sobrecarga laboral porque la mayor parte del tiempo las cosas son para el momento. Como tienes esta creencia, no le dices nada, terminas enfermando porque te sientes abrumado/a. Te das cuenta de que necesitas hablar porque la situación es insostenible, pero tus creencias no te lo permiten, te llega la culpa, el miedo, y prefieres buscar otro empleo.

    ¿Será conveniente, en estas situaciones, llegar a la creencia instalada y negociar con ella?
  1. Recuérdalo, cuándo estés en una disyuntiva de hacer o no hacer algo y aparezca la culpa, hay una creencia que necesitará ser identificada, negociada o reemplazada. La culpa como emoción tiene que ver con los códigos morales y valores.
(Publicado en Tu Lado Emocional y etiquetado como , , , .)

Comentarios de los lectores

  1. ¡Gracias por el posteo y la claridad que brindás acá, Taty! Me gustó particularmente eso de negociar con nuestro código moral. 😊

    A veces es un desafío tener claro si, en determinada situación, la culpa y la vergüenza están siendo buenas o malas consejeras, ¿no?

    1. !Hola Andy!
      Las emociones son tan maravillosas, que más allá de ser buenas o malas consejeras, lo que hacen es darnos información valiosa de nuestras creencias y actitudes para a partir de allí poder mirarnos, conocernos y poder negociar entonces desde la adultez, qué sería necesario revisar y/o replantear para llevar una vida con mayor bienestar y de acuerdo a lo quiero SER hoy.
      Un abrazo y gracias por leer y comentar

  2. Llegar a las creencias que nos limitan y hacerlas consciente es el mejor regalo que nos podemos hacer, cuando te das cuenta de ellas es como el despertar. Puedes hacer acciones diferentes y salir de aquellas cosas que inclusive te hacen sufir. Aplaudo a los Coach que hacen tan excelente labor!

  3. ¡Hola Patricia!
    Tu mirada oportuna para estos tiempos donde las personas se sienten y/o se ven limitados y cuando lo llevamos a encuentros de Coaching la mayoría se da cuenta que son ellos o ellas mismas quienes se limitan.
    El despertar como lo mencionas, es justamente darnos cuenta y hacer algo con eso que hoy, ya no nos genera posibilidades y ha sido una limitación.

    Gracias por leernos y comentar, un abrazo

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