Coaching para la gestión emocional

Ofrecemos coaching de gestión emocional, con encuentros en línea con una psicóloga–coach que hará el rol de mentora para que mejores tu manejo emocional y experimentes un proceso de crecimiento y desarrollo personal.

En estos encuentros entenderás mejor tus formas de pensar (creencias), sentir (emociones) y actuar (comportamientos). Trabajarás en ellas y en aquellas experiencias de vida que te limitan. Así harás consciencia de qué anhelas, de por qué vives hoy momentos que te agobian y te alteran emocionalmente, y sabrás qué hacer al respecto.

En cada encuentro traerás situaciones de tu día a día, para observar tus reacciones y respuestas, reflexionar sobre ellas. Aprenderás técnicas de relajación, meditación y mindfulness que te permitirán estar más en el momento presente. Implementarás, según tus intereses, actividades y hábitos para cuidar tu salud mental, emocional y física. Así podrás experimentar las vivencias como recursos de acción hacia el cambio.

Son sesiones de coaching personal de una hora, en frecuencia y cantidad a conversar con la psicóloga–coach.

La gestión de emociones es una experiencia de crecimiento y desarrollo personal que parte de una mirada interna: observar, conocer y entender quién eres, qué sientes cuando vives diversas situaciones, y qué origina tus respuestas. En cada sesión aprenderás sobre tu forma de pensar, sentir y actuar (autoaprendizaje), para saber cuáles son tus necesidades en la transformación de tu ser.

Cuando te miras hacia adentro y te conoces, puedes autogestionarte, accionar de forma diferente porque entiendes de dónde viene lo que te limita, y lo resuelves. Lo que no se conoce no se puede gestionar.

En estos encuentros de coaching emocional queremos que tus emociones sean tus aliadas, que aprendas sobre ellas y los mensajes que traen, que puedas gestionar momentos de estrés o pensamientos catastróficos, y que con este mejor manejo emocional vivas más el momento presente.

Las emociones son respuestas psicofisiológicas ante las situaciones que vivimos y cómo las interpretamos. La palabra “emoción” viene del latín emovere, moverse, poner en acción. La emoción nos permite hacer o no hacer.

Si entiendo qué es la tristeza, por ejemplo, para qué viene la tristeza y qué me muestra, ese conocimiento me permite gestionarla, accionar en vez de quedarme en el no-hacer porque estoy triste y me la paso lamentándome, repitiéndome un discurso desmotivador. La tristeza me muestra que voy a perder algo o que ya lo perdí. Es la aceptación de una pérdida. Aceptar, entender y gestionar la tristeza, hacerla nuestra amiga y aliada, evita que sea desalentadora, que nos deje inhabilitados crónicamente. Así realizamos acciones y re–interpretaciones para evocar otras emociones más alentadoras.

A nivel personal, la gestión emocional es importante para:

Recuerda lo que dijo Gandhi, “Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo.” ¿Quieres que alguien cambie…? Empieza tú.

Hoy más que nunca, competencias como la gestión e inteligencia emocional son valoradas dentro de las organizaciones. En sus procesos de selección y capacitación, las empresas buscan reclutar y promover a personas que gestionen sus situaciones de forma asertiva, que no pretendan controlar todo y a todos, o los derrumbe un comentario, una queja, o una dificultad que surja.

Más que coeficientes intelectuales admirables, los directivos buscan personas con conocimiento de sí mismas, con capacidad de autoaprendizaje emocional, porque saben que eso les permite responder asertivamente ante situaciones complejas y lograr mejores sinergias en sus equipos. Saben que son empáticos, que crean lazos sólidos en sus relaciones, y que pueden ayudar a autogestionarse a los que están a su alrededor.